Si yo pido, tú pides. Él/ella pide.

Ha vuelto a pasar.

Entrar a un comercio acompañado de una persona nunca supone una situación extraordinaria, cada uno pide su consumición. Todo solucionado.


Sin embargo, cada vez que esto se repite con una persona con discapacidad la situación extraordinaria es aquella en la que cada uno pide su consumición. A pesar de no entender por qué.                                                              
Nos miran a aquellos que consideran "acompañante", como si no pudiesen muchas personas con discapacidad ir solas o con sus amigos de forma autónoma e independiente, y nos preguntan "y el/ella que quiere?"

La respuesta correcta es "no lo sé, pregúntele a el/ella"

Esto desafortunadamente esto es algo que sucede y nosotros, esos "acompañantes" que quizás lo somos o somos amigos, hermanos, compañeros de trabajo o de asociación debemos responder correctamente y dejar que la respuesta se la dé el comprador, que para eso asiste a un comercio.
Ese dependiente, ¿que sabe sobre nuestra relación? ¿Por qué solo parecemos acompañantes? ¿Y por qué solo son vistos "con discapacidad" omitiendo la primera y principal palabra "persona" ?
A veces es necesario contestar de forma tajante, sin perder la educación, para que esa persona no vuelva a realizar dicho comentario. 
Aunque parezca duro, brusco o tajante también es una forma de fomentar la inclusión, concienciando a los demás sobre las capacidades que existen más allá de las apariencias físicas.
No podemos fomentar los prejuicios.

Debemos fomentar el empeoramiento, la autonomía personal, la independencia y la inclusion.

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