Comentarios desafortunados


La semana pasada viajaba en autobús urbano con un menor con discapacidad, estamos más que acostumbrados a las miradas indiscretas y a las miradas que parecen serlo pero no lo son, esas que ves que vienen de reojo.

Nunca me había ocurrido algo así,  la gente suele mantener las formas, pero esta vez...

Bajamos del autobús  al mismo tiempo que una mujer subía hablando con su teléfono movil, el comentario que hizo no fue por nosotros, pertenecía a esa conversación que mantenía por teléfono pero hizo el desafortunado comentario a viva voz:

" no es mi problema, no soy yo la que tiene un hijo subnornal"

Todo el bus se dio cuenta,  yo no pude evitar mirarla fijamente sin decirla nada pero diciendoselo todo.

Bajamos del autobus y seguimos nuestro camino andando, el autobús nos adelantó y entonces se paró en un semáforo.
El conductor nos miró y movió su cabeza de lado a lado con un gesto de complicidad. Había entendido perfectamente que aquel comentario podía habernos ofendido, que aquel término era más que peyorativo.

El desafortunado encuentro hace que te enfades y que te lleves de rabia e impotencia por la ignorancia y la falta de comprensión y empatía, pero los gestos como los del conductor hacen que creas un poco más en la sociedad, que existe esa comprensión y esa empatía,  que hay gente que reconoce que hay términos menos dañinos que por supuesto se pueden emplear.
Aquel hombre no solucionó nada, no evitó el daño pero alivio los efectos de aquel desencuentro.

Cada gesto cuenta, cada uno de nosotros podemos colaborar y reducir los momentos negativos.

Podemos construir un mundo inclusivo, podemos colaborar.

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